Misoprostol – frente a los Desafíos de los Abortos Quirúrgicos Clandestinos
El aborto es una cuestión que suele causar división en la sociedad. Pese al gran impacto que tiene en la vida de millones de mujeres, a muchas de ellas se les prohíbe decidir sobre sus propios cuerpos.
Pero ni siquiera los intentos de detener las interrupciones voluntarias del embarazo han podido frenar leyes a favor del aborto. Estas leyes han comenzado a ganar más fuerza en países que poco a poco comienzan a cambiar su mirada y darse cuenta de la importancia de este derecho.
Hoy en día, las mujeres que buscan la terminación de un embarazo pueden someterse a un aborto con medicamentos o uno quirúrgico. Y aunque puedan parecernos lo mismo, ambos tratamientos no podrían ser más distintos.
El aborto quirúrgico implica una operación para extraer el embarazo del útero, lo que puede realizarse mediante el método de aspiración o por dilatación y evacuación. Este método es una alternativa crucial frente a los abortos quirúrgicos clandestinos, que se realizan en condiciones precarias y representan un riesgo significativo para la salud de las mujeres.
Su contraparte, el aborto con medicamentos, consiste en tomar píldoras abortivas para terminar el embarazo.
Existen dos medicamentos en la actualidad que son utilizados para abortar: el misoprostol y la mifepristona. Estos fármacos podrían ser la solución para poner fin a las cirugías que ponen en peligro la vida de millones de madres.
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